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El Club Bilderberg: ¿Arquitectos del Nuevo Orden Mundial?

  • Foto del escritor: Francisco Moreno Rodríguez
    Francisco Moreno Rodríguez
  • 9 mar
  • 4 Min. de lectura

Bienvenidos mis queridos 23 lectores a otro viaje por el laberinto de las teorías de conspiración. Hoy, nos sumergimos en las profundidades del Club Bilderberg, ese enigmático encuentro anual de élites políticas y económicas que ha alimentado innumerables teorías sobre su supuesto control sobre los eventos globales. ¿Son realmente los titiriteros detrás de un nuevo orden mundial, o simplemente un grupo de influyentes discutiendo problemas mundiales?


Club Bilderberg, teorías de conspiración.

Historia del Club Bilderberg: Fundado en 1954, el Club Bilderberg lleva el nombre del hotel donde se celebró su primera reunión, el Hotel de Bilderberg en Oosterbeek, Países Bajos. Desde entonces, este grupo ha celebrado conferencias anuales en estricto secreto, con invitados que incluyen a políticos, empresarios, miembros de la realeza, y académicos de Europa y América del Norte.


Oficialmente, el objetivo del Club es fomentar el diálogo entre Europa y América del Norte sobre temas políticos, económicos y sociales. Sin embargo, la falta de transparencia en sus discusiones ha alimentado especulaciones sobre la naturaleza y el propósito de estas reuniones. Algunos teóricos de la conspiración creen que el Club Bilderberg es un centro de planificación globalista, donde se toman decisiones que influencian políticas económicas, conflictos armados y movimientos políticos, todo en pos de crear un gobierno mundial unificado bajo su control.


Todos los presidentes de Estados Unidos desde Einsenhower pertenecen al club. Hillary Clinton, el presidente del Banco Mundial, el del Banco Central Europeo, el político Henry Kissinger, el financiero George Soros, la dinastía financiera Rothschild, la reina Beatriz de Holanda o los filántropos Bill y Melinda Gates son algunos de los que habitualmente acuden a la cita, según el periodista de investigación ruso-canadiense Daniel Estulin.


No hay evidencia concreta que respalde la mayoría de las afirmaciones extremas sobre el Club Bilderberg, lo que lleva a muchos escépticos a descartar estas teorías como meras fantasías. Sin embargo, la influencia indudable de sus miembros y la opacidad de las reuniones siguen siendo puntos de preocupación legítimos que alimentan el debate público.


Lo que se habla en las reuniones, por supuesto, queda entre ellos. No se levantan actas, ni quedan registradas en ninguna parte. De hecho, el club casi no existe físicamente. Tan sólo cuenta con una oficina en la localidad holandesa de Da Leiden, con un número de teléfono y fax como únicos medios para ponerse en contacto con los participantes.


“Se trata de personas con la posición necesaria para influir en los acontecimientos históricos y convertir su ideología en leyes parlamentarias que cambien el destino de la humanidad”, dice la periodista española Cristina Martín, autora de El Club Bilderberg. Los amos del mundo.

Vivimos en una era donde la información es abundante pero la transparencia no siempre es clara, y lugares como el Club Bilderberg son caldo de cultivo perfecto para teorías de conspiración. La realidad probablemente yace en algún punto intermedio entre las reuniones benignas y los complots maquiavélicos. Lo que es indiscutible es la necesidad de mayor apertura para disipar mitos y entender verdaderamente el impacto de tales foros en la política y economía global.


El club Bilderberg ha sido acusado de tomar decisiones o de estar detrás de conspiraciones que más tarde se han convertido en realidad, como por ejemplo el inicio de la guerra contra Irak en 2003. Según los expertos, los asistentes deciden también sobre los tipos de interés y el precio del petróleo, aunque esto provoque la caída en desgracia del país o la entidad de algunos de los presentes. Capítulo aparte es la promoción de políticos. El grupo decide e impulsa a los futuros líderes mundiales, previo análisis de los candidatos. De allí salió Bill Clinton, quien acudió como un desconocido gobernador de Arkansas en 1991 y ganó las elecciones un año después; Tony Blair, Angela Merkel, Kofi Annan o el propio Obama. Como dijo el periódico británico The Times en 1977 “se trata de una camarilla formada por algunos de los hombres más ricos, poderosos e influyentes de Occidente que se reúnen en secreto para planear eventos que después simplemente suceden”.


Pero según los expertos sus planes son más profundos. “Su objetivo es construir un nuevo orden mundial”, defiende Estulin. “Un gobierno mundial (que sería la ONU), con una moneda y una religión únicas, vigilado por un único ejército”. En palabras de Martín, “una élite económica que controle al poder político”. Algo que no desagradaría a  Rockefeller. “Algo debe reemplazar a los gobiernos, y el poder privado me parece la entidad perfecta para hacerlo”, dijo a la revista Newsweek en 1999.



La creación de la Unión Europea y el euro fue el primer paso, dicen. Más adelante quedaría la formación de una Unión Americana que englobase a América del Norte y del Sur, y un bloque asiático bajo el liderazgo de Japón, aunque Estulin no cree que eso ocurra. “Rusia y China, los dos grandes enemigos del club, jamás se doblegarán a los intereses del Bilderberg por la propia idiosincrasia de estos dos países”, dice el periodista, que cierra una trilogía sobre el club con su nuevo libro La historia definitiva del club Bilderberg.


El Club Bilderberg seguirá fascinando y frustrando a observadores de todo el mundo. Mientras que algunos verán en él la mano invisible que mueve los hilos del mundo, otros lo verán como un think tank inofensivamente elitista. Lo que es cierto es que en un mundo interconectado, entender estos puntos de influencia es más crucial que nunca y como siempre, no todo es verdad pero no todo es mentira, asi que se los dejo a ustedes.



¿Qué piensan ustedes sobre el Club Bilderberg? ¿Creen que sus reuniones tienen un impacto real en los eventos mundiales, o es todo mucho ruido y pocas nueces?

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