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Lemuria: El mito del continente perdido que nació por unos lémures

  • Foto del escritor: Francisco Moreno Rodríguez
    Francisco Moreno Rodríguez
  • 19 jun
  • 3 Min. de lectura

Ya sé lo que estás pensando: “¿Otro continente perdido? ¿No era suficiente con la Tartaria y Agartha?” Pero agárrate, que Lemuria tiene lo suyo.


Lo curioso de Lemuria es que nació como una teoría científica seria (al menos al principio), y terminó convertida en parte del buffet de ideas esotéricas donde puedes servirte de todo: evolución espiritual, civilizaciones antiguas, y sí, hasta gatos gigantes y telépatas.


Así que aquí va la historia de Lemuria, contada desde el rincón de la duda y la fascinación, donde sabemos que probablemente todo esto es puro humo… pero qué buen humo, ¿no?


Todo comenzó con unos lémures

La idea de Lemuria no nació en un templo antiguo ni en una visión chamánica, sino en el siglo XIX, de la mano de un zoólogo británico llamado Philip Sclater. En 1864, Sclater estaba tratando de entender por qué había lémures (sí, los animalitos de cola larga) tanto en Madagascar como en India, pero no en África ni Medio Oriente.

Lemures

Como en esa época la tectónica de placas todavía no era una cosa, Sclater propuso que había existido un continente desaparecido, una especie de puente de tierra que conectaba esos lugares. Y como los lémures eran su obsesión, le puso Lemuria. Clásico.



De hipótesis científica a Disneylandia esotérica

Lo que vino después fue como un juego de “teléfono descompuesto”. La idea geológica de Lemuria fue abandonada por los científicos cuando la deriva continental se volvió la explicación estándar. Pero mientras los geólogos pasaban a otra cosa, los ocultistas dijeron: “A ver, a ver, ¿cómo que un continente perdido? ¡Eso es material de oro!”


Enter Helena Blavatsky, la madre del esoterismo moderno y fundadora de la Sociedad Teosófica. Ella agarró la idea y la transformó en algo más jugoso: Lemuria no era solo tierra hundida, sino el hogar de una antigua raza de humanos gigantes y espirituales, predecesores de la Atlántida.


Según Blavatsky, los lemurianos eran altos, etéreos, hermafroditas, y poseían habilidades psíquicas. Ah, y podían comunicarse con los animales. ¿Quién no querría eso?


Lemuria según los nuevos gurús (y un poco de fantasía pop)

Después llegaron más autores con más ideas:

  • James Churchward (el de Mu, otro continente perdido) también mencionaba Lemuria, mezclándola con ideas de sabiduría ancestral.

  • Algunos canalizadores modernos dicen que los lemurianos aún viven bajo el monte Shasta, en California, en una ciudad secreta llamada Telos.

  • Otros creen que fueron una civilización avanzada destruida por un cataclismo (¿te suena familiar?).

En los años 60s y 70s, con el auge de lo New Age, Lemuria resurgió como una especie de Atlántida hippie: un paraíso espiritual donde todos vibraban alto, vivían en paz, y sabían yoga antes de que fuera mainstream.


Pero… ¿existe alguna prueba?

Spoiler aletr: no.

Ni mapas, ni restos, ni estructuras, ni ADN de lemuriano. Todo lo que hay son textos esotéricos, canalizaciones, y muchas ganas de creer en un pasado glorioso y perdido. La comunidad científica abandonó hace rato la idea de Lemuria como continente real.

Pero eso no ha detenido a quienes encuentran en Lemuria una metáfora de armonía, sabiduría ancestral, o una nostalgia por algo que no vivimos pero sentimos que perdimos.


Entonces… ¿Lemuria es real?

Para mí, como tu narrador escéptico de confianza: no. Pero al mismo tiempo, Lemuria sí existe en otro sentido. Vive en la imaginación de quienes buscan otra forma de entender el pasado, o de soñar con un mundo más conectado, más sensible, más mágico.

Quizá no se trate de “probar” que Lemuria existió, sino de entender por qué nos atrae tanto creer que lo hizo.

Y ahí lo tienes. Un continente que nació por unos lémures, fue adoptado por esoteristas, y terminó en los foros de Reddit y las canalizaciones de TikTok. Así es la vida de las ideas, ¿no?

A mis 17 lectores de siempre: gracias por seguirme hasta los confines de lo improbable. ¿Ustedes qué opinan? ¿Lemuria es pura fábula… o solo estamos viendo con los lentes equivocados?

Nos leemos. Con café o cerveza, pero siempre con sana duda.

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